viernes, 23 de enero de 2009

LOS TRES CONSEJOS


Una pareja de recién casados era muy pobre y vivía de la caridad en un pueblecito del interior.
Un día el marido le hizo la siguiente propuesta a su esposa:
"Querida yo voy a salir de la casa, voy a viajar bien lejos, buscar un empleo y trabajar hasta tener condiciones para regresar y darte una vida más cómoda y digna.
No sé cuanto tiempo voy a estar lejos, sólo te pido una cosa, que me esperes y mientras yo esté lejos, seas fiel a mí, pues yo te seré fiel a ti."
Así, siendo joven aún caminó muchos días a pie, hasta encontrar un hacendado que estaba necesitando de alguien para ayudarlo en su hacienda.
El joven llegó y se ofreció para trabajar y fue aceptado. Pidió hacer un trato con su jefe, el cual fue aceptado también.
El pacto fue el siguiente: "Déjeme trabajar por el tiempo que yo quiera y cuando yo deba irme, me libera de mis obligaciones: Yo no quiero recibir mi salario mes a mes.
Le pido al señor que lo coloque en una cuenta de ahorro hasta el día en que me vaya. El día que yo salga, Ud. me dará el dinero que yo haya ganado."
Estando ambos de acuerdo aquel joven trabajó durante 20 años, sin vacaciones y sin descanso.
Después de veinte años se acercó a su patrón y le dijo: "Patrón, yo quiero mi dinero, pues quiero regresar a mi casa." El patrón le respondió: "Muy bien, hicimos un pacto y voy a cumplirlo, sólo que antes quiero hacerte una propuesta: Yo te doy tu dinero y tú te vas, o te doy tres consejos y no te doy el dinero y te vas. Si yo te doy el dinero, no te doy los consejos y viceversa. Ve, piénsalo y me das la respuesta."
El pensó durante dos días, buscó al patrón y le dijo:"QUIERO LOS TRES CONSEJOS"
El patrón le recordó: "Si te doy los consejos, no te doy el dinero."
Y el empleado respondió: "Quiero los consejos"
El patrón entonces le aconsejó:
1. "NUNCA TOMES ATAJOS EN TU VIDA. Caminos más cortos y desconocidos te pueden costar la vida.
2. NUNCA SEAS CURIOSO DE AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL, pues la curiosidad por el mal puede ser fatal.
3. NUNCA TOMES DECISIONES EN MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR, pues puedes arrepentirte demasiado tarde.
Después de darle los consejos, el patrón le dijo al joven, que ya no era tan joven, así: "AQUÍ TIENES TRES PANES, dos para comer durante el viaje y este tercero es para comer con tu esposa cuando llegues a tu casa."
El hombre entonces, emprendió su camino de vuelta, después de veinte años lejos de su casa y de su esposa que el tanto amaba. Después del primer día de viaje, encontró una persona que lo saludó y le preguntó: "¿Para donde vas?"
El le respondió:"Voy a un lugar muy distante que queda a más de veinte días de caminata por esta carretera."
La persona le dijo entonces: “Este camino es muy largo, yo conozco un atajo con el cual llegarás en pocos días".
El joven contento, comenzó a caminar por el atajo, pero se acordó del primer consejo, "NUNCA TOMES ATAJOS EN TU VIDA. CAMINOS MÁS CORTOS Y DESCONOCIDOS TE PUEDEN COSTAR LA VIDA "
Entonces se alejó de aquel atajo y volvió a seguir por el camino que llevaba.
Dos días después se enteró de otro viajero que había tomado el atajo y lo asaltaron, lo golpearon, y le robaron toda su ropa. Ese atajo llevaba a una emboscada.
Después de algunos días de viaje, y cansado al extremo, encontró una pensión a la vera de la carretera. Era muy tarde en la noche y parecía que todos dormían, pero una mujer malencarada le abrió la puerta y lo atendió.
Como estaba tan cansado, tan sólo le pagó la tarifa del día sin preguntar nada, y después de tomar un baño se acostó a dormir.
De madrugada se levantó asustado al escuchar un grito aterrador. Se puso de pié de un salto y se dirigió hasta la puerta para ir hacia donde escuchó el grito. Cuando estaba abriendo la puerta, se acordó del segundo consejo.
"NUNCA SEAS CURIOSO DE AQUELLO QUE REPRESENTE EL MAL PUES LA CURIOSIDAD POR EL MAL PUEDE SER FATAL"
Regresó y se acostó a dormir. Al amanecer, después de tomar café, el dueño de la posada le preguntó si no había escuchado un grito y el le contestó que sí lo había escuchado.
El dueño de la posada le preguntó:
¿Y no sintió curiosidad?
El le contestó que no.
A lo que el dueño les respondió:
"UD. ha tenido suerte en salir vivo de aquí, pues en las noches nos acecha una mujer maleante con crisis de locura, que grita horriblemente y cuando el huésped sale a enterarse de qué está pasando, lo mata, lo entierra en el quintal, y luego se esfuma".
El joven siguió su larga jornada, ansioso por llegar a su casa. Después de muchos días y noches de caminata... ya al atardecer, vió entre los árboles humo saliendo de la chimenea de su pequeña casa, caminó y vió entre los arbustos la silueta de su esposa. Estaba anocheciendo, pero alcanzó a ver que ella no estaba sola. Anduvo un poco más y vió que ella tenía en sus piernas, un hombre al que estaba acariciando los cabellos. Cuando vió aquella escena, su corazón se llenó de odio y amargura y decidió correr al encuentro de los dos y matarlos sin piedad.
Respiró profundo, apresuró sus pasos, cuando recordó el tercer consejo:
"NUNCA TOMES DECISIONES EN MOMENTOS DE ODIO Y DOLOR, PUES PUEDES ARREPENTIRTE DEMASIADO TARDE"
Entonces se paró y reflexionó, decidió dormir ahí mismo aquella noche y al día siguiente tomar una decisión.
Al amanecer ya con la cabeza fría, dijo:
"NO VOY A MATAR A MI ESPOSA. Voy a volver con mi patrón y a pedirle que me acepte de vuelta. Sólo que antes, quiero decirle a mi esposa que siempre le fuí fiel a ella." Se dirigió a la puerta de la casa y tocó. Cuando la esposa le abre la puerta y lo reconoce, se cuelga de su cuello y lo abraza afectuosamente.
El trata de quitársela de encima, pero no lo consigue. Entonces con lágrimas en los ojos le dice: "Yo te fuí fiel y tu me traicionaste”...
Ella espantada le responde:
"¿Cómo? yo nunca te traicioné, te esperé durante veinte años".
El entonces le preguntó: "¿Y quien era ese hombre que acariciabas ayer por la tarde?”
Y ella le contestó:
"AQUEL HOMBRE ES NUESTRO HIJO. Cuando te fuiste, descubrí que estaba embarazada. Hoy el tiene veinte años de edad."
Entonces el marido entró, conoció y abrazó a su hijo y les contó toda su historia.
Cuando se sentaron a comer juntos, el hombre sacó su último pan. Después de la oración de gracias, con lágrimas de emoción, partió el tercer pan que le había dado su patrón y al abrirlo, se encontró con todo su dinero, el pago de sus veinte años de dedicación.
SOLO UNA REFLEXION MÁS: Esta mañana, Dios abrió una ventana en el cielo, me vió y me preguntó: hijo, ¿cuál es tu deseo para hoy?
El amor de Dios es como el mar: puedes ver su inicio pero no su final.

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